Quedan dos semanas para que acabe el año y, entre las muchas cosas a pensar en estas ajetreadas fechas, llegan los asesores fiscales y los bancos recomendando hacer cálculos para intentar rebajar al máximo la factura fiscal del 2017. «Lo que no se haya hecho a 31 de diciembre difícil solución tendrá en junio», afirma Rafael Santaella, abogado tributarista y asesor fiscal. Santaella admite que, ante el ejercicio de buscar las fórmulas para desgravar de cara al IRPF, en este caso del 2017, «el grado de concienciación cada vez es mayor» y señala que desde hace unos años «ha cambiado la mentalidad en cuanto a la creencia de que la planificación fiscal era algo reservado fundamentalmente a fines sucesorios o a grandes patrimonios».

«Las personas cada vez están más convencidas de que tomar determinadas decisiones puede verse recompensado a la hora de hacer la autoliquidación del IRPF», asegura Santaella. Pero también admite que una correcta planificación fiscal «no es algo que debamos hacer en el último mes del año, pues debe llevar tiempo», aunque siempre puede ayudar esta fase final para «ajustar aspectos de índole económica que nos permitan soportar una menor carga fiscal».

Igual piensa Javier Martín, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Complutense de Madrid, para quien a estas alturas del año lo que se puede hacer es «elevar las aportaciones al plan de pensiones, amortizar la hipoteca en las compras de vivienda habitual anteriores al 2013 o realizar aportaciones a oenegés, entre otras cosas». Ahora bien, advierte, «es preciso tener presente el nivel de renta para no invertir más de lo necesario». En su opinión, si se hace una correcta planificación fiscal se pueden ahorrar unos 3.000 euros de media, «pero son los grandes contribuyentes (más de 145.000 euros de base imponible), los que resultan más beneficiados».

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